Conoce más sobre el síndrome de las piernas inquietas

 (horizontal-x3)Por: Elnuevodia.com ¿Qué has oído sobre el síndrome de las piernas inquietas (SPI)? Aunque no es un trastorno muy común y no es una enfermedad que pone en riesgo la vida, las personas que lo sufren pueden sentir que las actividades más rutinarias de la vida resultan tediosas, más aún cuando no hay una sola forma de aliviar los síntomas

La Clínica Universidad de Navarra define el SPI, también conocido como la enfermedad de Willis-Ekbom, como un trastorno del sistema nervioso caracterizado por la necesidad imperante de mover las piernas y que viene acompañado de sensaciones molestas que empeoran al estar quieto o acostarse a dormir.
Aunque se desconoce la causa específica de este problema, el SPI se ha relacionado con enfermedades como la diabetes, la fibromialgia, el parkinson, la esclerosis múltiple y la deficiencia de nutrientes como el hierro. En este contexto, se ha encontrado que atacar estas condiciones alivia los síntomas relacionados al SPI
Asimismo, está asociado al trastorno de movimiento periódico de una extremidad (PLMD, por sus siglas en inglés). En este caso, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares en Estados Unidos (NIH), la persona sufre jalones y tirones bruscos e involuntarios en las extremidades inferiores. Estos pueden ocurrir entre 10 y 60 segundos y afectan severamente el sueño.
Pero, ¿qué recomiendan los expertos para aliviar este mal?
De acuerdo al NIH, algunos ajustes en la dieta y el estilo de vida son recomendados para reducir los síntomas comunes del trastorno.
Por ejemplo, recomiendan reducir la ingesta de cafeína, alcohol y tabaco, a la vez que se regulan los patrones de dormir. En algunos casos, se aconseja tomar suplementos como el magnesio, hierro y folato.
Otras recomendaciones son: tomar un baño caliente, aplicarse una bolsa caliente o hielo y darse masajes en las piernas.
Como el SPI se manifiesta de forma diferente en cada caso, algunos pacientes han optado por una rutina de ejercicios moderados que los ayuda a dormir mejor en las noches. Otros, alertan que el ejercicio excesivo puede agravar los síntomas.
A nivel clínico, los expertos recomiendan una serie de medicamentos que varían según la manifestación del trastorno, que va de síntomas leves a severos. Algunas personas encuentran alivio al utilizar benzodiacepinas, anticonvulsivos, opiodes y dopaminérgicos. La posibilidades de tomar alguna de estas medicinas debe consultarse con un médico. 
Es importante saber que la enfermedad no es curable y que al momento, solo existen remedios para reducir las molestias que causa el síndrome que, según el NIH, afecta a unos 12 millones de americanos.

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