La desenfrenada vida amorosa y sexual de Fidel Castro

"El comandante dejó hijos por donde pasó", solían decir por lo bajo en la isla cuando se refieran a Fidel Castro. A diez de ellos los reconoció, pero se habla de muchísimos más. Lo mismo con sus amantes: algunos aventuran un número tan prolífico como improbable: 35 mil. Algo es seguro: aunque el líder socialista siempre quiso mantenerla bajo reserva, su vida amorosa y y sexual da para escribir una novela de cientos de páginas.
Castro prefería a las mujeres rubias, lindas y, especialmente, muy flacas. Entre las mujeres con las que estuvo hubo maestras, actrices, "niñas mimadas" de la clase alta cubana, militantes y hasta una espía alemana, que se enamoró de Castro, cuando su misión secreta era asesinarlo.

LAS OFICIALES

Todavía Castro no usaba gorra ni ropa de fajina cuando conoció a su primera mujer en la universidad de derecho: Mirta Díaz Balart. Era 1946 y la familia de ella era íntima de Batista, el dictador que el más tarde ayudaría a derrocar. ¿La luna de miel? Tres meses en Miami y Nueva York. El matrimonio terminó siete años después, cuando Mirta se cansó de sus infidelidades recurrentes. Tuvieron un hijo: Fidel Junior o Fidelito, como lo conocen en Cuba, quien estudió Física en la Unión Soviética y fue director del programa nuclear cubano, hasta que Fidel lo despidió por "incompetente".
Su segunda mujer fue la maestra Delia Soto del Valle, a quien mantuvo siempre en un segundo plano. Se conocieron en los años 60 durante las campañas de alfabetización en la isla, pero se casaron recién en 1980 y estuvieron juntos 40 años. Tuvieron cinco hijos varones y los bautizaron a todos con nombres que empiezan con A: Alexis, Alexander, Antonio, Alejandro y Ángel. Pero poquísimas veces se mostraron juntos y para el pueblo cubano ella era una desconocida.

UN AMOR CLANDESTINO

Entre todas sus amantes, un nombre destaca. Natalia "Naty" Revuelta, "una de las bellezas más exquisitas de Cuba y una mujer con un apetito anormal por la revolución y la aventura", como la describe la biógrafa de Castro, Georgie Anne Geyer. En los clubs sociales, Revuelta alternaba con los grandes personajes de su época, desde el escritor Ernest Hemingway hasta el actor Errol Flynn. Si bien era una chica de clase alta, heredera de una familia británica, comenzó a colaborar con la revolución y su casa era la sede de reuniones secretas. Dicen que vendió joyas para comprar armas y que se convirtió en amante de Castro mientras él estaba casado con su primera mujer. Tuvieron una hija, Alina, que adoptó el apellido de su padrastro y que años después huiría de la isla disfrazada con peluca y con un pasaporte español. En Miami se convirtió en modelo (Fidel estalló cuando vio una foto de ella en bikini) y en una figura anti-castrista. Nunca volvió a Cuba.

LA ESPÍA ALEMANA

"Intenté matarlo", confesó Marita Lorenz, que además de una mujer hermosa, fue espía de la CIA y amante de Castro. Se conocieron en 1959 cuando ella tenía apenas 20 años y tuvieron un romance intenso y fugaz: siete meses, durante los cuales ella quedó embarazada y sufrió una aborto. Al regresar a Nueva York, la inteligencia estadounidense "le lavó el cerebro" para convencerla de que tenía que matar al líder socialista. En 1960 volvió a la isla con unas píldoras de veneno escondidas en un frasco de crema facial. En un libro contaría su intento frustrado de asesinarlo: "Sacó la pistola de su funda. Pensé que iba a pegarme un tiro pero me la dio y me preguntó: ’¿Has venido a matarme?’. Dio una calada al puro y cerró los ojos. Se mostró vulnerable ante mí porque sabía que no podría hacerlo. Aún me amaba, y yo a él", narró Lorenz, que de niña estuvo encerrada en una campo de concentración y fue violada por un soldado a los siete años.

LA CAMARADA REVOLUCIONARIA

Celia Sánchez Manduley fue otra mujer importante en la vida del líder socialista. Participó como guerrillera en la lucha armada y tuvo una gran influencia sobre Castro e incluso llegó a ser Secretaria de la Presidencia del Consejo de Ministros de Cuba. En su casa de cuatro plantas tenía una -la última- destinada a Castro. Si bien ya tenía relación con Delia Soto del Valle, Castro no se casó con ella hasta que su camarada murió de un cáncer de pulmón en 1980. Mantuvieron "una relación entrañable" durante tres décadas, aunque jamás confesaron su amor. Fuente: http://tn.com.ar

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